Soy madre de tres hijos, y fue mi hija Enea, con su luz única y su cromosoma extra, quien me abrió el camino hacia un cambio profundo en mi vida. En medio de noches inquietas y días de incertidumbre, conocí los aceites esenciales gracias a la persona que me inscribió en Young Living. No lo sabía entonces, pero ese pequeño frasco que llegó a mis manos sería el inicio de una transformación.

Lo que comenzó como una búsqueda personal para acompañar de forma más natural a mi familia, se convirtió en una pasión. Me sumergí en este mundo botánico lleno de aromas, historias milenarias y posibilidades infinitas. Aprendí, experimenté, compartí… y me enamoré de lo que los aceites esenciales podían ofrecerme a nivel físico, emocional y espiritual.

Young Living me dio, además, una oportunidad laboral que se adaptaba a mi realidad: trabajar desde casa, estar presente para mis hijos y, al mismo tiempo, construir un proyecto con propósito. Hoy acompaño a otras familias en su propio descubrimiento, compartiendo herramientas que conectan con lo más esencial de cada uno.

Mi sueño es claro: que cada hogar descubra el poder de lo natural, que los aceites esenciales lleguen a todas las manos que los necesiten, y que muchas más personas puedan experimentar el bienestar y la libertad que yo encontré.